Muy buenos
Francisco Plana
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Qué es la política
Un chico le pregunta a su padre:
- “Papá, ¿qué es la política?”.
El padre, encantado de que su hijo le haga ese tipo de preguntas, le responde:
- “Bueno, hijo mío, para poder explicártelo mejor tomaremos como punto de partida
nuestro hogar:
1. Yo traigo el dinero a casa, entonces represento el capitalismo.
2. Tu madre es la que administra, por tanto, es el gobierno.
3. Tú eres el mayor y a quien hay que atender, así que representas al pueblo.
4. Tu hermanito, que es el pequeño, representa el futuro.
5. La criada, que es la que nos hace el trabajo, constituye la clase obrera”.
El chico, que no había entendido muy bien lo que su padre le había explicado, se retira a su
cuarto, que comparte con el hermano menor. Por la noche, el bebé empieza a llorar,
despertando con su llanto al mayor, quien se levanta y trata de calmarlo. Cuál sería su
sorpresa al comprobar que el pequeño, a causa de los pañales flojos, tenía caca hasta en la
carita. Rápidamente, el niño va a la habitación de sus padres y trata de despertar a su madre,
pero ésta se encuentra profundamente dormida y le es imposible despertarla. Entonces, va a
llamar a la criada, pero, al estar la puerta cerrada, espía por el ojo de la cerradura, viendo a
su padre ocupado con la criada en ciertos menesteres fácilmente imaginables. Resignado,
regresa a su habitación y se acuesta. Al día siguiente, cuando ve a su padre, le dice:
- “Anoche comprendí al fin lo que es la política”.
El padre, muy contento, responde:
- “¡Qué alegría me das, hijo mío! ¿Puedes explicármelo?”.
Entonces, el niño declara:
- “Mientras el capitalismo se beneficia de la clase obrera, el gobierno duerme a pierna
suelta, al pueblo nadie le hace caso y el futuro sigue lleno de mierda”.
SOLICITUD DE AUMENTO DE SALARIO DEL PENE
Yo, el pene, pido aumento de salario por las siguientes razones:
Ejecuto trabajo físico.
- Realizo mi labor a grandes profundidades.
- Trabajo de cabeza.
- No gozo de descanso semanal ni de días festivos.
- Trabajo en un local extremadamente húmedo.
- No me pagan horas extras ni nocturnidad.
- Ejerzo en un local oscuro y sin ventilación.
- Trabajo a altas temperaturas.
- Actúo expuesto a enfermedades contagiosas.
RESPUESTA DE LA ADMINISTRACIÓN
Después de lo planteado por el solicitante y considerando los argumentos expuestos, la
administración rechaza las exigencias del mismo por las siguientes razones:
- No trabaja ocho horas consecutivas.
Se duerme en el puesto de trabajo después de una breve actividad laboral.
- No siempre responde a las exigencias de la jefatura.
- Descansa mucho antes de tiempo.
- No tiene iniciativa. Para que trabaje hay que estimularlo y presionarlo.
- No siempre es fiel a su puesto de trabajo, ya que se introduce en otros departamentos.
- Descuida la limpieza y el orden del local al terminar la jornada de trabajo.
- No siempre cumple con las reglas de uso de los medios de protección e higiene del
trabajo.
- No espera a la jubilación para retirarse.
- No le gusta doblar turnos.
- A veces se retira de su puesto de trabajo cuando aún tiene faena pendiente.
- Y, por si fuera poco, se le ve entra y salir constantemente del puesto de trabajo con dos
bolsas sospechosas.
La Condesa
Un
hermoso
día
de
verano,
la
condesa
de
Chinchón
decidió
ofrecer
una
cena
en
su
mansión
de
la
sierra.
Para
ello,
invitó
a
las
mejores
familias
de
la
alta
sociedad.
Una
vez
la
gente
hubo llegado, la condesa les dijo a sus invitados:
“Como
la
cena
aún
tardará
un
rato,
podemos
pasar
al
salón
y
entretenernos
jugando
a
las
adivinanzas.
Por
ser
la
anfitriona,
empezaré
yo.
A
ver:
larga
y
afilada
cual
estilete,
por
la
punta saca y mete y por detrás lleva el ojete”.
La gente se quedó un tanto consternada y, finalmente, un joven muy bien vestido dijo:
- “Señora condesa, creo conocer la respuesta. ¿Podría acaso ser la pilila?”.
-
“Pero,
señor,
¡qué
escándalo!
Sebastián,
la
capa
y
el
sombrero,
que
este
hombre
se
marcha
por
grosero.
En
fin,
la
respuesta
era,
obviamente,
la
aguja.
Bien,
propondré
otra:
grande
y
blanca la quisiera y que entre las piernas no me cupiera”.
De nuevo, se formó un embarazoso silencio. Al final, un señor se atrevió a decir:
- “Señora condesa, ¿podría estar hablando de la minina?”.
-
“¡Oh,
Dios
mío!
¡Qué
mala
educación!
¡Y
encima
en
mi
casa!
Sebastián,
la
capa
y
el
sombrero,
que
este
hombre
se
marcha
por
grosero.
La
respuesta
era
bastante
fácil:
me
refería
a
la
hermosa
yegua
blanca
que
se
encuentra
en
mis
establos.
Bueno,
ya
casi
es
la
hora
de
la
cena,
así
que
voy
a
decir
una
más:
cimbrel
matutino
con
forma
de
pepino
que
por
delante escupe gotas y por detrás le cuelgan las pelotas”.
Entonces, se levantó un joven y dijo:
“Sebastián, la capa y el sombrero, pero eso es un falo como que me llamo Gonzalo”.